2 de diciembre

Escucha La Palabra de Dios para cada día

 

Primera Lectura

Lectura del libro de Isaías 26, 1-6

Un día se cantará este canto en la tierra de Judá: Tenemos una ciudad fuerte: para salvarla se ha puesto el Señor como muralla y defensa. Abran las puertas para que entre el pueblo justo, que se mantuvo fiel. Su voluntad es firme, y tú, Señor, velas por su paz, porque confía en ti. Confíen siempre en el Señor, porque Él es la roca eterna. Derribó a los habitantes de la altura, y humilló la ciudadela inaccesible, la echó al suelo, y la hizo morder el polvo; los pobres la patean con sus pies, y la pisotean los mendigos.

 

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

 

Salmo responsorial 117, 1. 8-9. 19-21. 25-27a

 R. Que entre el pueblo justo, que se mantuvo fiel.

Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia / R. 

Mejor es refugiarse en el Señor que fiarse de los hombres; mejor es refugiarse en el Señor que confiar en los magnates / R.  

Ábranme las puertas del triunfo, y entraré para dar gracias al Señor. Esta es la puerta del Señor: los vencedores entrarán por ella / R. 

Te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. Señor, danos la salvación, Señor, danos prosperidad / R.  

Bendito el que viene en nombre del Señor, los bendecimos desde la casa del Señor; el Señor es Dios: Él nos ilumina / R.  

 

Evangelio San Mateo 7, 21. 24-27

 

“Los que cumplen la voluntad de mi Padre,

entrarán al reino de los cielos”

 

Concluyendo el sermón de la montaña, les dijo Jesús a sus discípulos: “No son los que me dicen: ‘Señor, Señor’, quienes entrarán al reino de los cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo. En resumen: todo el que escucha mis palabras y las pone en práctica, se parece al hombre sensato que edificó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes y soplaron los vientos con violencia  contra la casa; pero no se derrumbó, porque tenía los cimientos afianzados en la roca. Al contrario, el que escucha mis palabras y no las pone en práctica, hace lo del insensato, que edificó su casa sobre la arena. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos con violencia contra la casa, y se derrumbó, y la destrucción fue completa”.

 

S: Palabra del Señor                                     

T: Gloria a ti, Señor Jesús

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