13 de Noviembre

Escucha La Palabra de Dios para cada día

Primera Lectura

Lectura del libro de Malaquías 3, 19-20a

Dice el Señor Omnipotente: “Ya se acerca el día en que va a encenderse el fuego de mi ira como un horno: todos los soberbios y todos los malvados serán la leña. El fuego encendido ese día los consumirá, y no quedará de ellos ni la raíz ni las ramas. En cambio, para ustedes que honran mi nombre brillará el sol de mi justicia que les ha de traer la salud en sus rayos”.

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

Salmo responsorial 97, 5-9

R. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.

Tañan la cítara para el Señor, suenen los instrumentos: con clarines y al son de trompetas, aclamen al Rey y Señor / R.

Retumbe el mar y cuanto contiene, la tierra y cuantos la habitan; aplaudan los ríos, aclamen los montes / R.

Al Señor, que llega para regir la tierra / R.

Regirá el orbe con justicia y los pueblos con rectitud / R.

Segunda Lectura

Lectura de la Segunda Carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 3, 7-12

Hermanos: Ya saben en qué forma deben seguir nuestro ejemplo. Porque no estuvimos entre ustedes rehuyendo el trabajo, ni recibiendo de balde el alimento de ninguno. Al contrario, pasamos trabajos y fatigas, atareados día y noche, a fin de no ser carga para ninguno de ustedes. Y no porque no tengamos derecho al sustento, sino porque queríamos darles el ejemplo que ustedes debían seguir. Cuando estábamos con ustedes ya les dábamos esta consigna: el que no quiera trabajar, que no coma. Lo menciono porque hemos oído decir que entre ustedes hay gente que vive sin oficio, ocupados en todo menos en trabajar. A esos tales les mandamos y ordenamos en nombre del Señor Jesucristo que trabajen en paz para ganarse el pan.

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 5-19

“Sufriendo con entereza se salvarán”

Encontrándose Jesús en Jerusalén, algunos le ponderaron lo hermosas que eran las piedras del templo y las ofrendas votivas que lo adornaban. Él entonces les dijo: “Llegará el día en que todo eso que ven será destruido: no quedará piedra sobre piedra”. Entonces le preguntaron: “Maestro, ¿Cuándo será eso? ¿Y cuál será la señal para saber que ya va a suceder?”. Y Él dijo: “¡Cuidado con dejarse engañar! Porque muchos se presentarán usurpando mi nombre, y diciendo que son el Mesías y que el último plazo está cumplido. No se vayan detrás de ellos. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, no se alarmen. Esto tiene que suceder primero, pero el final no llegará inmediatamente”. Y añadió: “Se alzarán naciones contra naciones, reinos contra reinos; habrá grandes terremotos, hambre y epidemias en diversos lugares; sucederán cosas terribles y el cielo hará ver grandes presagios. Pero antes de todo eso, los arrestarán y perseguirán, los entregarán a las sinagogas y los meterán en la cárcel, y por mi causa los llevarán a la fuerza ante reyes y gobernadores. Esto les servirá para dar testimonio. Hagan propósito de no preocuparse por saber cómo se van a defender, porque yo les daré palabras y sabiduría, a las que no podrá resistir  ni contradecir ningún adversario. Hasta sus padres, hermanos, parientes y amigos los traicionarán, y matarán a algunos de ustedes. Todos los odiarán por causa mía; pero no perderán ni un pelo de la cabeza. Sufriendo con entereza se salvarán”.

S: Palabra del Señor                                     

T: Gloria a ti, Señor Jesús

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